Un gran evento anual
Durante el cuarto fin de semana del mes de septiembre, en Altea se celebran las fiestas patronales en honor al Santísimo Cristo del Sagrario, junto a las de Moros y Cristianos en honor de San Blas, patrón de la Villa.
Las calles de Altea rebosan luz, color y mucha música, en unas fiestas, que tal y como las conocemos ahora, se remontan a 1979, pero que se remontan a mucho años atras.
Cuando Jaime I desembarcó en la localidad, descubrió en Altea la localización perfecta para defender el resto de territorio marítimo. Siglos después, se siguen conmemorando en la localidad las tradicionales fiestas que evocan la lucha entre Moros y Cristianos. Unas fiestas en las que no faltan las tracas, mascletás y, por supuesto, la tradicional batalla que recrea la ocupación árabe y su posterior reconquista.
La celebración conjunta de las fiestas patronales junto con la de los Moros y Cristianos, llena las calles de diversión y alegría con actividades y eventos para grandes y pequeños. La programación incluye días enteros con cuentacuentos, parques de atracciones infantiles y juegos para los niños.
Verbenas, fuegos artificiales, barracas, pasacalles y espectáculos musicales se suceden a la vez que los actos religiosos: ofrenda floral a la Virgen del Consuelo, escenificación de la llegada del Cristo al pueblo, Entrá de la Murtá (donde se esparcen por las calles ramas troceadas de hierbas aromáticas recogidas en el monte, sobre todo mirto), o la emocionante procesión portando al Santísimo Cristo del Sagrario, que suele procederse de una misa solemne cantada y que concluye con un impresionante castillo de fuegos artificiales en el dique del paseo marítimo, son los actos más sonados.
Tras la jornada de celebración en honor al Cristo, se suceden las conmemoraciones en honor al patrón de la villa, San Blas, con uno de los momentos más emblemáticos: la entrada mora y cristiana con un imponente y colorido desfile en el que los trajes y las representaciones adquieren todo el protagonismo. El momento de la concentración de filas en la plaza de la Creu, para subir a la embajada cristiana situada en la plaza de la iglesia, el alardo y la rendición mora, son otros de los imprescindibles de las fiestas.
Y es que, los desfiles son la parte más turística de la fiesta y se celebran en dos días: la tarde del sábado y la del lunes. Mucha música y color acompañan la vida de Altea sobre todo en los cuatro últimos días.
Desde el día 21 hasta el sábado 29 de septiembre, podremos disfrutar de las fiestas con actos y desfiles para todos.
Podreís encontrar el calendrario de actos en el siguiente enlace.
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